"Hasta que de pronto vi la luz, los colores, la calidez y la ternura en una silueta delgada y esbelta. Me acerque temerosa y anonadada por tanta belleza y perfección para preguntarle quién era y qué hacia en estas tenebrosas aguas oscuras. Ella, dulce y gentil me respondió: Soy Ana y he venido a ti a darte lo que tanto ansias, a apoyarte en tus desdichas, a enseñarte a mejorar, a mostrarte el verdadero camino, yo, Ana, seré tu guía, tu amiga y tu compañera del alma desde hoy hasta siempre."
Aquello lo escribí hoy, en la mitad del segundo día de ayuno... no es mucho pero me sentí tan segura de mi misma todo gracias a Ana, estoy tan agradecida a ella que he creado un blog dedicado a ella y a todas sus seguidoras.
No llores pequeña niña, estoy aquí para ti... por siempre.